Son muchos años de escuchar voces que pronostican la decadencia de la moda rápida. Es decir,ósalamodarápidaSeráelañodel–verdadero–
sudaderaBrandyMelville de ese sistema basado en la obsolescencia programada que, aplicado a esta industria, tiene como herramienta las tendencias. Y con él, toda una narrativa de consumo basado en la búsqueda del chollo, la compra impulsiva y el usar y tirar.
La conjunción de la emergencia climática y la pandemia ha acelerado el rumbo hacia un nuevo paradigma.Pero ese cambio, al igual que el modus operandi que defiende, es lento.,“Durante las últimas décadas, el
fast fashionnos ha educado en el gusto por la moda, pero creo que es necesario abandonar la adicción a las compras compulsivas y al derroche que esto ha generado”, reflexiona el experto en negocios sostenibles
Álex Penadés, Global Brand Director en la empresa de innovación
Jeanologia. Y sigue: “Profesionalmente, creo que
se avecina una vuelta al gusto por el diseño desde los materiales y la excelencia del producto. Creo que la ingeniería y la tecnología son claves en este momento ya que permiten la elaboración de prendas con nuevos materiales, procesos más eficientes y respetuosos con las personas y el entorno. La sociedad de consumo avanza de manera más inteligente y consciente”.,Llegados a este punto, no hay conversación de moda en la que no se trate la sostenibilidad y si en algo se coincide siempre es que son los
big players, es decir, las grandes marcas, los que deben dar los pasos hacia adelante. Sin embargo, en lo que a moda rápida respecta, no se alude tanto al lujo –que por definición tiene unos tiempos más espaciados, aunque no tanto como debería– como a los tótems del
retail, las marcas que llegan al gran público. Ya saben, el grupo Inditex, Mango, Tendam, H&M… Y, por eso mismo,
el compromiso que transmiten estas de volver más sostenible su modelo de negocio aporta cierta esperanza.,Como un estudio del armario contemporáneo sin fecha de caducidad, así se presentaba en septiembre
Origins, la nueva línea de
Zara. El equipo de diseño contó con dos años para preparar las más de 200 piezas esenciales que formaban esta propuesta. Un margen de tiempo en las antípodas del habitual en estas empresas que, por definición, se han vinculado siempre al ritmo de las tendencias. Para
Rosella López, consultora de firmas de moda y lujo establecida en Nueva York y exvicepresidenta de la firma
Cushnie, “es una muy buena forma de entrar en la parte de mercado donde se mueven firmas como
Uniqlo. Zara siempre ha tenido básicos, pero con esto está apostando a un modelo de negocio basado en este tipo de piezas y, con ello, atraer a un tipo de cliente que muy posiblemente no les estaba llegando”.,Al gigante japonés también le menciona
Adrián Salvador, director creativo de firmas responsables desde . “Justo hace unas semanas leí un artículo en el que se decía que por primera vez Fast Retailing, propietario de Uniqlo, había superado el valor de Inditex en el mercado.
Uniqlo se ha convertido en lo más parecido a lo que podría ser el camino al futuro de la moda.Tejidos inteligentes, prendas atemporales que se mantienen temporada tras temporada convirtiéndose en prendas icono,
con pequeños cambios que las mejoran como si fueran versiones de un nuevo Iphone. O prendas versátiles en las que se ha invertido tiempo, que es lo que el buen diseño pide a gritos, tiempo”. En el mencionado texto, de , se hablaba, también, de cómo
el centro de la moda se ha movido de Europa a Asia con la pandemia.
Cultura de Instagram Lento adiós a la moda rápida. ¿Será 2022 el año del –verdadero– cambio?
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